Empezar de nuevo...
por Carlos Guillermo Garibay
(mayo 2003)
Yo le tenía miedo a la oscuridad,
Hasta que las noches se hicieron largas y sin luz.
Yo no resistía el frío fácilmente,
Hasta que aprendí a subsistir en ese estado.
Yo le tenía miedo a los muertos,
Hasta que tuve que dormir en el cementerio.
Más aún, yo le tenía miedo al espanto,
Hasta que tuve que dormir en el crematorio.
Yo sentía rechazo por los rosarinos y
por los porteños,
Hasta que me dieron abrigo y alimento.
Yo sentía rechazo por los judíos,
Hasta que le dieron medicamentos a mis hijos.
Yo lucía vanidoso mi pullóver nuevo,
Hasta que se lo di a un niño con hipotermia.
Yo elegía cuidadosamente mi comida,
Hasta que tuve hambre.
Yo desconfiaba de la tez cobriza,
Hasta que un brazo fuerte me sacó del agua.
Yo creía haber visto muchas cosas,
Hasta que vi a mi pueblo deambulando sin rumbo por las calles.
Yo no quería al perro de mi vecino,
Hasta que aquella noche lo sentí llorar
hasta ahogarse.
Yo no me acordaba de los ancianos,
Hasta que tuve que participar en los rescates.
Yo no sabía cocinar,
Hasta que tuve frente a mí una olla con arroz
y niños con hambre.
Yo creía que mi casa era más importante que las otras,
Hasta que todas quedaron cubiertas por las aguas.
Yo estaba orgulloso de mi nombre y apellido,
Hasta que todos nos transformamos en
seres anónimos.
Yo casi no escuchaba radio,
Hasta que fue la que mantuvo viva mi energía.
Yo criticaba a los bulliciosos estudiantes,
Hasta que de a cientos me tendieron sus manos
solidarias.
Yo estaba bastante seguro de cómo serían
mis próximos años,
Pero ahora ya no tanto.
Yo vivía en una comunidad con una clase política,
Pero ahora espero que se la haya llevado la corriente.
Yo no recordaba el nombre de todas las provincias,
Pero ahora las tengo a todas en mi corazón.
Yo no tenía buena memoria,
Tal vez por eso ahora no recuerde a todos,
Pero tendré igual lo que me queda de vida para agradecer a todos.
Yo no te conocía,
Ahora eres mi hermano.
Teníamos un río,
Ahora somos parte de él.
Es la mañana.
Ya salió el sol y no hace tanto frío.
Gracias a Dios.
Vamos a empezar de nuevo.
Carlos Guillermo Garibay
Santa Fe, 2 de mayo de 2003
Nota:
Este poema circuló por internet, primeramente como anónimo. Luego también se dijo que era de un tal Carlos Guillermo Garibay, abogado y poeta santafesino. A raiz de la publicación en este sitio se comunicó con nosotros Carlos Garibay confirmando la autoria. Estos son sus datos para quienes quieran contactarlo:
Carlos Guillermo Garibay
1º de Mayo 2819 - (3.000) - Santa Fe
Tel/Fax 0342 - 4528281
e.mail: cgaribay@arnet.com.ar
y también cjgaribay@gigared.com
de la pág:http://www.palalbedrio.com.ar/empezar.htm
todas las cosas maravillosas que estan en mis recuerdos... y las que voy incorporando, las guardo en este lugar...
martes, 26 de agosto de 2008
martes, 19 de agosto de 2008
un poco de musica... Juanes
Letras de Canciones
FOTOGRAFíA
Y en la distancia te puedo ver
Cuando tus fotos me siento a ver Cada vez que yo me voy llevo a un lado de mi piel
Tus fotografías para verlas cada vez
Que tu ausencia me devora entero el corazón
Y yo no tengo remedio más que amarte
Y en la distancia te puedo ver
Cuando tus fotos me siento a ver
Y en las estrellas tus ojos ver
Cuando tus fotos me siento a ver
Cada vez que te busco te vas
Y cada vez que te llamo no estás
Es por eso que debo decir que tú sólo en mis fotos estás
Cuando hay un abismo desnudo
Que se opone entre los dos
Yo me valgo del recuerdo Taciturno de tu voz
Y de nuevo siento enfermo este corazón
Que no le queda remedio más que amarte
Y en las estrellas tus ojos ver
Cuando tus fotos me siento a ver
Cada vez que te busco te vas
Y cada vez que te llamo no estás
Es por eso que debo decir que tú sólo en mis fotos estás.
sábado, 9 de agosto de 2008
para los niños...
Video Original Del Tema Dedicado A Las Aldeas Infantiles S.O.S.
QUE CANTEN LOS NIñOS
JOSE LUIS PERALES
Que canten los niños,que alcen la voz,
que hagan al mundo escuchar,
que unan sus voces y lleguen al sol,
en ellos esta la verdad.
Que canten los niños que viven en paz,
y aquellos que sufren dolor,
Que canten por esos que no cantaran porque han apagado su voz.
Yo canto para que me dejen vivir,
yo canto para que sonría mamá,
yo canto porque sea el cielo azul,
y yo para que no me ensucien el mar.
Yo canto para los que no tienen pan,
yo canto para que respeten la flor,
yo canto porque el mundo sea feliz,
yo canto para no escuchar el cañón.
Que canten los niños,que alcen la voz,
que hagan al mundo escuchar,
que unan sus voces y lleguen al sol,
en ellos esta la verdad.
Que canten los niños que viven en paz,
y aquellos que sufren dolor,
Que canten por esos que no cantaran porque han apagado su voz.
Yo canto porque que sea verde el jardín,
y yo para que no me apaguen el sol
yo canto por el que no sabe escribir,
y yo por el que escribe versos de amor.
Yo canto para que se escuche mi voz,
y yo para haber si les hago pensar,
yo canto porque quiero un mundo feliz,
y yo por si alguien me quiere escuchar.
Que canten los niños,que alcen la voz,
que hagan al mundo escuchar,
que unan sus voces y lleguen al sol,
en ellos esta la verdad.
Que canten los niños que viven en paz,
y aquellos que sufren dolor,
Que canten por esos que no cantaran porque han apagado su voz.
Que canten los niños,que alcen la voz,
que hagan al mundo escuchar,
que unan sus voces y lleguen al sol,
en ellos esta la verdad.
Que canten los niños que viven en paz,
y aquellos que sufren dolor,
Que canten por esos que no cantaran porque han apagado su voz
lunes, 4 de agosto de 2008
La escondida... juego con los sentimentos...
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.
Cuando El Aburrimiento había bostezado por tercera vez, La Locura como siempre tan loca, les propuso:
¿Vamos a jugar a las escondidas?
La Intriga levantó la ceja intrigada y La Curiosidad sin poder contenerse preguntó: ¿A las escondidas? ¿Y cómo es eso?
Es un juego, explicó La Locura, en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar, desde uno a un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.
El entusiasmo bailó secundado por La Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a La Duda, e incluso a La Apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, La Verdad prefirió no esconderse. ¿Para qué? si al final siempre la hallan. La Soberbia opinó que era un juego muy tonto (En el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella) y La Cobardía prefirió no arriesgarse…
Uno, Dos, Tres…; comenzó a contar La Locura. La primera en esconderse fue La Pereza, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo y La Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.
La Generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para cada uno de sus amigos, que si ¿un lago cristalino?: Ideal para La Belleza. Que si ¿la hendija de un árbol?: Perfecto para La Timidez. Que si ¿el vuelo de una mariposa?: Lo mejor para La Voluptuosidad. Que si ¿una ráfaga de viento?: Magnífica para La Libertad. Así terminó por ocultarse en un rayito de sol.
El egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo… pero sólo para él.
La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (Mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris) y La Pasión y El Deseo en el Centro de los Volcanes.
El Olvido… se me olvidó donde se escondió… pero eso no es importante.
Cuando La Locura contaba, El Amor aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado… hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.
Un millón; contó La Locura y comenzó a buscar. La primera en salir fue La Pereza sólo a tres pasos de una piedra. Después se escuchó a La Fe discutiendo con Dios sobre Teología, y La Pasión y El Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a La Envidia y claro, así pudo deducir dónde estaba El Triunfo. El Egoísmo no tuvo ni que buscarlo; Él solito salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a La Belleza y con La Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin
decidir aún de qué lado esconderse.
Así fue encontrando a todos, El Talento entre la hierba fresca, a La Angustia en una oscura cueva, a La Mentira detrás del arco iris… (mentira, si ella estaba en el fondo del océano) y hasta El Olvido… que ya se le había olvidado que estaba jugando a las escondidas, pero sólo el amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y las rosas… y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó: las espinas habían herido los ojos del Amor: La Locura no sabía qué hacer para disculparse, lloró, imploró, pidió perdón y hasta 25prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra…
El Amor es ciego y La Locura siempre lo acompaña.
Anónimo
Cuando El Aburrimiento había bostezado por tercera vez, La Locura como siempre tan loca, les propuso:
¿Vamos a jugar a las escondidas?
La Intriga levantó la ceja intrigada y La Curiosidad sin poder contenerse preguntó: ¿A las escondidas? ¿Y cómo es eso?
Es un juego, explicó La Locura, en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar, desde uno a un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.
El entusiasmo bailó secundado por La Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a La Duda, e incluso a La Apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, La Verdad prefirió no esconderse. ¿Para qué? si al final siempre la hallan. La Soberbia opinó que era un juego muy tonto (En el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella) y La Cobardía prefirió no arriesgarse…
Uno, Dos, Tres…; comenzó a contar La Locura. La primera en esconderse fue La Pereza, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo y La Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.
La Generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para cada uno de sus amigos, que si ¿un lago cristalino?: Ideal para La Belleza. Que si ¿la hendija de un árbol?: Perfecto para La Timidez. Que si ¿el vuelo de una mariposa?: Lo mejor para La Voluptuosidad. Que si ¿una ráfaga de viento?: Magnífica para La Libertad. Así terminó por ocultarse en un rayito de sol.
El egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo… pero sólo para él.
La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (Mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris) y La Pasión y El Deseo en el Centro de los Volcanes.
El Olvido… se me olvidó donde se escondió… pero eso no es importante.
Cuando La Locura contaba, El Amor aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado… hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.
Un millón; contó La Locura y comenzó a buscar. La primera en salir fue La Pereza sólo a tres pasos de una piedra. Después se escuchó a La Fe discutiendo con Dios sobre Teología, y La Pasión y El Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a La Envidia y claro, así pudo deducir dónde estaba El Triunfo. El Egoísmo no tuvo ni que buscarlo; Él solito salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a La Belleza y con La Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin
decidir aún de qué lado esconderse.
Así fue encontrando a todos, El Talento entre la hierba fresca, a La Angustia en una oscura cueva, a La Mentira detrás del arco iris… (mentira, si ella estaba en el fondo del océano) y hasta El Olvido… que ya se le había olvidado que estaba jugando a las escondidas, pero sólo el amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y las rosas… y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó: las espinas habían herido los ojos del Amor: La Locura no sabía qué hacer para disculparse, lloró, imploró, pidió perdón y hasta 25prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra…
El Amor es ciego y La Locura siempre lo acompaña.
Anónimo
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