Alégrate
Si eres pequeño, alégrate,
porque tu pequeñez
sirve de contraste a otros en el universo,
porque esa pequeñez
constituye la razón esencial de su grandeza;
porque para ellos ser grandes
han necesitado que tú seas pequeño,
como la montaña
para culminar necesita alzarse
entre las colinas, lomas y cerros.
Si eres grande,
alégrate, porque lo invisible
se manifestó en ti de manera más excelente;
porque eres un éxito del Artista eterno.
Si eres sano,
alégrate, porque en ti
las fuerzas de la naturaleza han llegado
a la ponderación y a la armonía.
Si eres enfermo,
alégrate, porque luchan en tu organismo
fuerzas contrarias que acaso buscan
una resultante de belleza;
porque en ti se ensaya ese divino alquimista
que se llama el Dolor.
Si eres rico,
alégrate, por toda la fuerza
que el Destino ha puesto en tus manos,
para que la derrames...
Si eres pobre,
alégrate, porque tus alas serán más ligeras;
porque la vida te sujetará menos;
porque el Padre realizará en ti
más directamente
que en el rico
el amable prodigio periódico
del pan cotidiano...
Alégrate si amas,
porque eres más semejante a Dios
que los otros.
Alégrate si eres amado,
porque hay en esto
una predestinación maravillosa.
Alégrate si eres pequeño;
alégrate si eres grande;
alégrate si tienes salud;
alégrate si la has perdido;
alégrate si eres rico, si eres pobre,
alégrate;
alégrate si te aman;
si amas, alégrate;
alégrate siempre,
siempre, siempre.
Amado Nervo
Amado Nervo, poeta mexicano, n. en Tepir, Nayarid (1870-1919), cultivador de la lírica modernista. Fué seminarista y diplomático. Escribió una obra extensa. Su poesía es diáfana, musical, y su métrica innovadora. Autor de Serenidad, Elevación, Plenitud, La amada inmóvil, El arquero divino. Escribió también narraciones cortas (El bachiller, Pascual Aguilera, etc.). - Imagen: Auguste Renoir; 'El almuerzo de los remeros' (1881). - Mont.: JMS/Caracas.
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